Cuando
adquirimos un ordenador portátil tenemos en cuenta aspectos como la potencia,
las funcionalidades o el diseño. Pero hay otras cualidades menos valoradas, que
influyen en el día a día.
Por
ejemplo, es un hecho que los ordenadores y el calor no se llevan demasiado
bien. Las altas temperaturas hacen que nuestro portátil nos pese más de la
cuenta cuando lo transportamos por la calle, y nos impide usarlo sobre nuestras
piernas, debido a la disipación del calor.
Es
en verano cuando aspectos como un diseño ultrafino, un cuerpo ligero, y un
sistema de refrigeración sin ventiladores, realzan los puntos fuertes de los
dispositivos Surface.
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